Otra vez a la calle, otra vez a expresarnos... Nos escucharán? Seguramente la soberbia y la ambición de un poder arrogado por el falso 54% no lo van a permitir, pero tenemos la obligación de decir BASTA! Basta de arrogancia, basta de muertos, basta de desaparecidos, basta de falta de memoria, basta de opresión, basta de crueldad, basta de faltarle el respeto a nuestra Constitución, basta de falta de Justicia...
No nos olvidamos de Once, no nos olvidamos de María Cash ni de las otras desaparecidas en Democracia, no nos olvidamos de Julio López, no nos olvidamos de las Víctimas de la Inseguridad, no nos olvidamos de nada...
No queremos escaparnos en balsas, queremos que nos respeten, sólo eso, RESPETO!
Te vas a quedar en tu casa puteando en las redes o vas a salir a decir PRESENTE?!
El Blog de Sonia Palavecino
La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: EL PUEBLO (1ra. de las 20 Verdades Peronistas)
sábado, 22 de septiembre de 2012
viernes, 21 de enero de 2011
Florencia, la princesa y la difusa línea que separa lo público de lo privado
La Presidente pareció estar a sus anchas en Qatar, el segundo país más pequeño del Golfo, una planicie árida rebosante de gas y petróleo, que a mitad del siglo XX llenó de infinita prosperidad a la familia reinante Allí, todos los funcionarios del gobierno son hijos,La satisfacción de Cristina Fernández quizás obedeciera también al rol descollante de su hija en la comitiva que la acompañó durante la visita a los emiratos. A veces sucede y el protocolo no lo veta: Zulemita Menem solía secundar como primera dama a su padre divorciado, aunque no participaba de las audiencias de Estado; en septiembre de 2009, José Luis Rodríguez Zapatero disgustó a los españoles llevando a sus hijas a la Asamblea de las Naciones Unidas y tomándose una foto de familia con Barack Obama, aunque, por lo demás, las adolescentes góticas ocuparan durante la sesión de la ONU un discreto lugar en las gradas reservadas al público y a la prensa.
Florencia Kirchner, en cambio, ubicada junto al canciller Héctor Timerman, no sólo ha participado de los actos oficiales: su madre y ella, a solas , se entrevistaron con la jequeza Mozah, segunda esposa del Emir y presidente de la Fundación para la Educación y la Ciencia. El resto de la delegación, incluido -precisamente- el ministro de Ciencia Lino Barañao, recién pudo ingresar al salón donde se realizaba la audiencia media hora más tarde. Poco después, Florencia Kirchner se entrevistó con la hija del emir, directora de Museos de Qatar.
Según el muy cuidado texto de la Casa Rosada, ambas “acordaron alentar la conformación de un grupo de trabajo binacional para promover el cine argentino en la televisión qatarí. Además coincidieron en la necesidad de promocionar la cultura árabe en nuestro país”. La comunicación oficial precisó que el encuentro se llevó a cabo por invitación de la princesa, dado que las dos tienen gustos comunes y “estudian en EE.UU”. La información debe haber dejado con un palmo de narices al ministro de Cultura Jorge Coscia, (quedó en tierra ), a la presidente del Instituto de Cinematografía Liliana Mazure y hasta al titular de la sociedad estatal Radio y Televisión Argentinas, Tristán Bauer, quienes tampoco fueron de la partida. Lo más curioso es que, si bien Florencia Kirchner y Su Alteza Real Sheikha Al Mayassa son hijas de dos jefes de Estado, lo son de modo muy diferente. La princesa qatarí es funcionaria por razones de sangre, es la poderosa heredera de un estado patrimonialista; la de Florencia Kirchner, en cambio, es nada más que eso, la descendiente de una jefa de Estado temporal, porque Argentina, pese a las tentaciones, no es un reino sino una República .
Cierto es que, para la que hasta hace unos meses fue llamada “la pareja presidencial”, una línea borrosa separa lo público de lo privado . Muchos recuerdan cuando el todavía gobernador de Santa Cruz Néstor Kirchner fletó el avión sanitario de la provincia para trasladar a la Capital Federal al ex senador correntino Lázaro Chiappe y sumar así su voto contra la derogación de la Ley de Subversión Económica. La respuesta de la senadora por Santa Cruz a las críticas consta en la versión taquigráfica de la sesión: “Cuesta 1.600 dólares la hora de vuelo”, minimizó Cristina Fernández, que jamás entendería que la aeronave de la gobernación no era un bien personal.
Esa misma incomprensión hizo volar el helicóptero de la Prefectura, una y otra vez desde Olivos a la Casa Rosada para liberar de atascos y cortes piqueteros a una Primera Dama que siempre se incorporaba más tarde que su marido a sus obligaciones. Y al decir de un veterano político radical: “Néstor Kirchner dejó de ser presidente pero ni cuenta se dio. Para sus desplazamientos partidarios siguió utilizando aviones, autos, personal e infraestructura oficiales. Son autores del decreto que autoriza el empleo de la flota presidencial al cónyuge del jefe de Estado”.
Los ejemplos son incontables: desde la irrupción de Cristina Fernández en una entrevista que su esposo, el primer mandatario, mantenía con George Bush, hasta los viajes en los que, para instalar su candidatura, sustituyó a Kirchner en la representación del Estado.
Puede pensarse que, sensibilizada por su viudez, Cristina Fernández quiso contar en este largo viaje con la cercanía reconfortante de su hija en un anticipado final de ciclo; o que, por el contrario, pretendió seducirla mostrándole que hay un mundo mejor y más maravilloso que el del dinero, pero al que sólo se accede permaneciendo en el poder. Todas esas interpretaciones son aceptables, incluso la más descabellada de que tal vez la Presidente crea llegada la hora de que la joven ocupe un lugar, a su lado, en la función pública.
Dicen que el alto perfil de Florencia Kirchner tomó desprevenidos a los miembros de la delegación. No es de descartar que ese repentino salto a la fama sea producto de la influencia de Qatar, un país al que el escritor Jean Lartéguy definió como modelo de nepotismo; que el “shamal”, el viento implacable que barre los emiratos, haya sembrado esa fascinación sobre la tierra fértil de una nación latinoamericana donde nadie parpadea si el marido entrega la banda presidencial a su mujer para que, a continuación, ésta tome juramento a su cuñada.
(clarin)
martes, 21 de diciembre de 2010
JOSE IGNACIO RUCCI
José Ignacio Rucci nació en la provincia de Santa Fe el 15 de marzo de 1923 y falleció en la capital de Argentina el 25 de marzo de 1973. Sus antepasados procedían del sur de Italia. Rucci fue un importante político y sindicalista argentino destacándose en la denominada resistencia peronista.
A los 23 años inició su andadura sindical alcanzando progresivo protagonismo en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), con posterioridad a la llamada Revolución Libertadora que acabó con el primer gobierno de Juan Domingo Perón en 1955.
Dentro de la Unión Obrera Metalúrgica fue dirigente gremial de la poderosa empresa siderúrgica SOMISA. Junto a Augusto Timoteo Vandor, Avelino Fernández, Paulino Niembro y Lorenzo Miguel formaron parte de la Secretaría de Prensa de la UOM y en 1964 pasó a ser secretario general en la sección de San Nicolás.La UOM formaba parte de las llamadas 62 organizaciones justicialistas que no eran otra cosa que unidades gremiales o sindicalistas que formaban la base del apoyo de las clases populares a los planteamientos políticos de Juan Domingo Perón.
Durante su etapa en UOM mantuvo duras polémicas con Agustín Tosco de tendencias más izquierdistas que el propio José Ignacio Rucci puesto que aquel no era partidario, por ejemplo, de alimentar la burocracia y se mostraba contrario al paternalismo que sobre Rucci ejercían supuestamente, y en palabras de Tosco, los detentores del poder y las fuerzas policiales. Pese a las críticas de Agustín Tosco, José Ignacio Rucci siguió los cauces marcados por la CGT centrando su actividad sindical en la negociación colectiva y el diálogo.
A inicios de los años 70 del siglo pasado, Rucci se convirtió en Secretario General de la CGT y fue partidario e impulsor del regreso de Juan Domingo Perón a Argentina, el cual finalmente se produjo en noviembre de 1972.
En el mes de septiembre de 1973 la organización Montoneros, que en el mes de octubre del mismo año se había fusionado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), organización armada irregular, fijó entre sus objetivos eliminar a Rucci.
Mataron a Rucci. La noticia iba corriendo de boca en boca entre los hombres y mujeres del poder de la Argentina del 25 de septiembre de 1973. Dicen que Juan Domingo Perón lloró por primera vez en público cuándo se enteró y muchos, a izquierda y derecha, pensaron que lo había matado la CIA. Años después, el hecho fue reconocido por Montoneros y analizado como un gravísimo error político.
El cadáver del secretario general de la Confederación General del Trabajo, José Ignacio Rucci, había quedado tirado frente a su casa de calle Avellaneda al 2953, del barrio de Flores, en la Capital Federal; luego de un intenso tiroteo que duró unos 20 minutos.
Lo de Rucci no se hizo para despertar la conciencia obrera: se hizo en la concepción de tirarle un cadáver a Perón sobre la mesa, para que equilibrase su juego político entre la derecha y la izquierda. Atención a esto. Lo que quiero decir es que eso no formó parte de una concepción política con relación a las masas, sino de una estrategia cupular: hay concepciones políticas con relación a la masa que, por cierto, conducen al acto equivocado”, describió, años después, el poeta y militante Juan Gelman.
Al parecer, el asesinato que iba a ser bautizado luego como “Operativo Traviatta”, por los 23 agujeros con que se promocionaba la galletita de agua y los 35 balazos contados en el cadáver del jefe sindicalista, fue parte de una estrategia política de una parte de la cúpula de montoneros, comandada por Julio Roqué, un líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) que en esos días recién se sumaba a la organización peronista.
Se supone que la idea de Roqué y el grupo de militantes que participó de la emboscada fue la de enviar un mensaje a tres meses de la masacre de Ezeiza, ocurrida el 20 de junio de 1973, durante el tan esperado regreso de Perón al país, luego de 18 años de exilio. Un evento que terminó con un enfrentamiento armado entre la izquierda y la derecha peronista por la cercanía a su máximo líder y la influencia en su reconquista del poder, en el que Rucci fue un privilegiado: era quien sostenía el paraguas que protegía a Perón de la lluvia.
Para los montoneros, Rucci era un símbolo de la CGT y de la derecha peronista, que había mantenido varios cruces con el sindicalismo de izquierda, representado por Agustín Tosco. "Rucci y sus discípulos son prisioneros por sus compromisos con los detentadores del poder, presos de la custodia que les presta el aparato policial; presos de una cárcel de la que jamás podrán salir: la de la claudicación, indignidad y participacionismo", había descripto Tosco.
Pero el crimen fue el gran error de Montoneros. Una realidad que iba a quedar demostrada el primero de mayo de 1974, cuando fue el propio Perón el que se refirió al asesinato y despreció a la organización política que lo había concretado, aunque aún no había reconocido de manera oficial el hecho:
“Compañeros: Hace hoy veintiún años que en este mismo balcón y con un día luminoso como el de hoy, hablé por última vez a los trabajadores argentinos. Fue entonces cuando les recomendé que ajustasen sus organizaciones, porque venían días difíciles. No me equivoqué ni en la apreciación de los días que venían ni en la calidad de la organización sindical, que se mantuvo a través de veinte años, pese a estos estúpidos que gritan”.
“Decía que a través de estos veinte años, las organizaciones sindicales se han mantenido inconmovibles, y hoy resulta que algunos imberbes pretenden tener más méritos que los que lucharon durante veinte años”.
“Por eso, compañeros, quiero que esta primera reunión del Día del Trabajador sea para rendir homenaje a esas organizaciones y a esos dirigentes sabios y prudentes que han mantenido su fuerza orgánica, y han visto caer a sus dirigentes asesinados, sin que todavía haya tronado el escarmiento”.
En 1997, Cirilo Perdía, líder de Montoneros, se refirió al crimen y a sus consecuencias. Aseguró que las balas que segaron la vida de Rucci “pudieron haber partido desde diferentes trincheras. Pero la mayor parte de las miradas apuntaron hacia nosotros. Más allá de quien haya sido el ejecutor material de este hecho, nosotros pagamos su costo político (...) Desde todo punto de vista la muerte de Rucci favoreció el avance de las políticas opuestas a nosotros (...) La actividad paramilitar del Estado contra nosotros encontró una excusa para fortalecer su accionar”.
La saga había sido abierta con la masacre de Ezeiza y tuvo su continuidad con los asesinatos selectivos de la Triple A y el golpe del 24 de marzo de 1976.
Duhalde: "La paz se funda en el orden"
Duhalde lanzó su candidatura.
El ex presidente Eduardo Duhalde aseguró que la paz "se funda en el orden y en el estricto apego a la ley". Lo dijo al lanzar su candidatura a presidente en un acto en Costa Salguero.
"El primero de los objetivos de este tiempo son las políticas de Estado. No se aguanta más, cada siete años estamos refundando la Argentina y la refundamos. El segundo tema básico es el mismo que dije cuando asumía la presidencia en tiempos agónicos. La paz", enumeró.
"El mundo y la Argentina están sedientos de paz. Estamos molestos con esta violencia que se instala a partir de un Gobierno", continuó. "Y si no sabe el Gobierno cómo se hace, que vengan, como lo han hecho infinitamente de veces, a hablar privadamente conmigo, les voy a contar cómo se logra la paz en la Argentina", dijo.
Y disparó: "Represión no es matar a nadie, reprimir es cumplir con la misión indelegable del Estado". "Le digo a los jóvenes que no necesitamos más mártires, la Argentina no necesita más muertos", señaló.
Del acto, participaron los diputados nacionales Graciela Camaño, Ramón Puerta; el ex titular del Banco Central, Martín Redrado, el rabino Sergio Bergman, el sindicalista Luis Barrionuevo, entre otros.
"Yo no soy de izquierda, no soy de derecha. Soy peronista de Juan Domingo y Eva Perón. De ese Perón que volvió a la Argentina desde Europa aprendido la lección. Entendió que no sirve más pelearse y empezó a hablar de integración, de acuerdo. Y Perón viene y rechaza lo que pasó en el pasado. Venimos a cumplir el sueño de Perón y de Eva Perón de hermandad" dijo el ex mandatario.
"La Argentina no ha explotado ni siquiera el 40 por ciento de su potencialidad. Hace 25 años que digo 'no nos peleamos con Brasil'. Vayamos junto con ellos e integrémonos. Tenemos que alcanzarlos y superarlos", añadió.
"Quiero nombrar a una persona, que cuando empecé estuvo al lado mío ayudandome, incansablemente. Nunca ocupó cargos legislativos ni partidarios cuando yo estaba en la presidencia y siempre me acompañó, gracias querida Chiche, gracias amor", dijo.
Además, recordó que cuando asumió la Intendencia de Lomas de Zamora en 1983 lo hizo "rodeado de pañuelos blancos".
"Cuando se produjo mi desalojo por parte del golpe de Estado de 1976 empecé a luchar por aparición con vida de cientos de compañeros" de Lomas de Zamora. Y acotó: "Ahora muchos hablan de ese tiempo".
El ex presidente Eduardo Duhalde aseguró que la paz "se funda en el orden y en el estricto apego a la ley". Lo dijo al lanzar su candidatura a presidente en un acto en Costa Salguero.
"El primero de los objetivos de este tiempo son las políticas de Estado. No se aguanta más, cada siete años estamos refundando la Argentina y la refundamos. El segundo tema básico es el mismo que dije cuando asumía la presidencia en tiempos agónicos. La paz", enumeró.
"El mundo y la Argentina están sedientos de paz. Estamos molestos con esta violencia que se instala a partir de un Gobierno", continuó. "Y si no sabe el Gobierno cómo se hace, que vengan, como lo han hecho infinitamente de veces, a hablar privadamente conmigo, les voy a contar cómo se logra la paz en la Argentina", dijo.
Y disparó: "Represión no es matar a nadie, reprimir es cumplir con la misión indelegable del Estado". "Le digo a los jóvenes que no necesitamos más mártires, la Argentina no necesita más muertos", señaló.
Del acto, participaron los diputados nacionales Graciela Camaño, Ramón Puerta; el ex titular del Banco Central, Martín Redrado, el rabino Sergio Bergman, el sindicalista Luis Barrionuevo, entre otros.
"Yo no soy de izquierda, no soy de derecha. Soy peronista de Juan Domingo y Eva Perón. De ese Perón que volvió a la Argentina desde Europa aprendido la lección. Entendió que no sirve más pelearse y empezó a hablar de integración, de acuerdo. Y Perón viene y rechaza lo que pasó en el pasado. Venimos a cumplir el sueño de Perón y de Eva Perón de hermandad" dijo el ex mandatario.
"La Argentina no ha explotado ni siquiera el 40 por ciento de su potencialidad. Hace 25 años que digo 'no nos peleamos con Brasil'. Vayamos junto con ellos e integrémonos. Tenemos que alcanzarlos y superarlos", añadió.
"Quiero nombrar a una persona, que cuando empecé estuvo al lado mío ayudandome, incansablemente. Nunca ocupó cargos legislativos ni partidarios cuando yo estaba en la presidencia y siempre me acompañó, gracias querida Chiche, gracias amor", dijo.
Además, recordó que cuando asumió la Intendencia de Lomas de Zamora en 1983 lo hizo "rodeado de pañuelos blancos".
"Cuando se produjo mi desalojo por parte del golpe de Estado de 1976 empecé a luchar por aparición con vida de cientos de compañeros" de Lomas de Zamora. Y acotó: "Ahora muchos hablan de ese tiempo".
lunes, 11 de octubre de 2010
Evita, la historia por el amor
¿Cuál es el misterio de esta muchacha frágil? Por eso esta casa se va a convertir en un lugar donde hará meditar a muchos que se creen ricos y poderosos y que todo lo pueden. Que sepan que la humildad y el amor también conmueven. Que la humildad y el amor ganan las mejores batallas en la historia de la humanidad; por eso Evita es grande en el pensamiento y en el recuerdo de millones de argentinos, algunos que ni la conocieron. Yo sé que acá hay muchos que recuerdan el nombre de Evita porque tal vez los padres o los abuelos les contaron de una mujer que hacía temblar a los poderosos y a los oligarcas de su tiempo, que les enrostraba como Jesucristo enrostraba a los fariseos de su tiempo, a los ricos y a los que tenían corazón de piedra, a los que no se conmovían nunca, a los que se sentían más allá del bien y del mal, a los que reían cuando se les hablaba de la necesidad de la justicia o de la solidaridad entre los hombres.
Por eso esta muchacha nuestra lo será para siempre y para todos. Porque también hay en el mundo gente que se entrega por amor a los demás. Desde la madre de Calcuta hasta la humilde monjita de un hospital pasando tal vez por alguna desconocida que todos los días sabe cómo atender a un pobre, cómo visitar a un enfermo o cómo tener un rasgo de caridad para el que sufre. Por eso hoy es una tarde muy especial para los peronistas, pero también para los argentinos y para todos los hombres de buena voluntad, cualquiera sea el credo religioso que tengan, cualquiera sea la emoción que los guíe, cualquiera sea la razón que los ilumine. Para todos aquellos que creen en el amor queda abierta esta casa.No necesito decirles que hoy es un día maravillosamente peronista. Y no lo digo por este solcito otoñal, que seguramente acarició a Evita cuando era una purreta y ella se habrá preguntado, cuando aún no soñaba con lo que el destino le tenía preparado, qué maravilloso es eso que brilla allá a lo lejos, sin pensar que ella también iba a brillar desde otro lado también ¿Allá a lo lejos, pero cerca del corazón del pueblo?
Hoy es un día muy especial para quien les habla. Yo vine acá cuando todavía no había sucedido la noche triste del 30 de octubre de 1983, esa que nos avergonzó como peronistas. Vine después para decirles a cada uno de los que me escuchaban, compañera, compañero, no pierda la esperanza, aquí no ha caído ni ha sido derrotado ni Perón ni Eva Perón, sino una cúpula de dirigentes que no los supieron interpretar. Nosotros vamos a reconquistar el peronismo de la victoria. Nosotros le vamos a devolver a todos y cada uno de los peronistas la dignidad y la alegría de llamarse peronistas. Y fuimos cumpliendo con esta promesa. El año pasado, cuando vine en una tarde más fría que ésta, les dije: el año que viene vengo como gobernador a estrenar la casa de Eva Perón.
Y entonces aquí estoy, haciendo verdad aquello de que mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar. Yo vengo a decirles que soy el gobernador del pueblo, soy el gobernador que ustedes han querido que sea. Y como yo he sido gobernador porque ustedes han querido que así fuese, quiero estar siempre cara a cara con ustedes; que me miren al rostro, en los ojos, y que ustedes me digan si estoy cumpliendo o no con las promesas que les hice cuando ustedes me eligieron. Y entonces, en esta tardecita otoñal y soleada el gobernador viene y abre las puertas de esta casa que va a ser de ahora en más un monumento histórico no sólo para los peronistas, sino para todos los argentinos. Pero también de muchas mujeres en el mundo y de muchos hombres que se preguntan quién fue Eva Perón; cómo es posible que una muchacha de apenas 26 años -porque ésa era la edad que tenía cuando comenzó a actuar al lado de Perón- en pocos años se convirtiera en la mujer más amada y también más odiada. ¿Quién fue esa mujer misteriosa, pálida, con una piel transparente, con unos ojos que a veces brillaban como dos teas encendidas, pero a veces tenían una sombra gris y triste como si estuviesen anunciando su final prematuro? ¿Quién es esa muchacha débil de físico, pero que tenía una energía arrolladora, que todo lo derribaba, que tenía una pasión que todo lo podía, que se veía en ella la predestinada, la hija de Dios? Por qué la eligió a ella no tengo la menor duda, porque la historia no se escribe como algunos sociólogos o historiadores dicen, con la fuerza del poder, el sable y la guerra. La historia también se escribe con el corazón, con el amor, con la pasión que Evita puso al servicio de su causa.
Cada día aparece una nueva biografía de Perón o de Evita. Alguien que vuelve a hurgar en sus vidas. Que trata de penetrar el misterio de Eva Perón: quién fue, cómo es posible que todavía, a más de 35 años de su muerte, nos reunamos todos y gritemos -porque es un grito que recorre todo el país-: "¡Evita está presente! ¡Evita está presente!"
Por eso esta muchacha nuestra lo será para siempre y para todos. Porque también hay en el mundo gente que se entrega por amor a los demás. Desde la madre de Calcuta hasta la humilde monjita de un hospital pasando tal vez por alguna desconocida que todos los días sabe cómo atender a un pobre, cómo visitar a un enfermo o cómo tener un rasgo de caridad para el que sufre. Por eso hoy es una tarde muy especial para los peronistas, pero también para los argentinos y para todos los hombres de buena voluntad, cualquiera sea el credo religioso que tengan, cualquiera sea la emoción que los guíe, cualquiera sea la razón que los ilumine. Para todos aquellos que creen en el amor queda abierta esta casa.No necesito decirles que hoy es un día maravillosamente peronista. Y no lo digo por este solcito otoñal, que seguramente acarició a Evita cuando era una purreta y ella se habrá preguntado, cuando aún no soñaba con lo que el destino le tenía preparado, qué maravilloso es eso que brilla allá a lo lejos, sin pensar que ella también iba a brillar desde otro lado también ¿Allá a lo lejos, pero cerca del corazón del pueblo?
Hoy es un día muy especial para quien les habla. Yo vine acá cuando todavía no había sucedido la noche triste del 30 de octubre de 1983, esa que nos avergonzó como peronistas. Vine después para decirles a cada uno de los que me escuchaban, compañera, compañero, no pierda la esperanza, aquí no ha caído ni ha sido derrotado ni Perón ni Eva Perón, sino una cúpula de dirigentes que no los supieron interpretar. Nosotros vamos a reconquistar el peronismo de la victoria. Nosotros le vamos a devolver a todos y cada uno de los peronistas la dignidad y la alegría de llamarse peronistas. Y fuimos cumpliendo con esta promesa. El año pasado, cuando vine en una tarde más fría que ésta, les dije: el año que viene vengo como gobernador a estrenar la casa de Eva Perón.
Y entonces aquí estoy, haciendo verdad aquello de que mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar. Yo vengo a decirles que soy el gobernador del pueblo, soy el gobernador que ustedes han querido que sea. Y como yo he sido gobernador porque ustedes han querido que así fuese, quiero estar siempre cara a cara con ustedes; que me miren al rostro, en los ojos, y que ustedes me digan si estoy cumpliendo o no con las promesas que les hice cuando ustedes me eligieron. Y entonces, en esta tardecita otoñal y soleada el gobernador viene y abre las puertas de esta casa que va a ser de ahora en más un monumento histórico no sólo para los peronistas, sino para todos los argentinos. Pero también de muchas mujeres en el mundo y de muchos hombres que se preguntan quién fue Eva Perón; cómo es posible que una muchacha de apenas 26 años -porque ésa era la edad que tenía cuando comenzó a actuar al lado de Perón- en pocos años se convirtiera en la mujer más amada y también más odiada. ¿Quién fue esa mujer misteriosa, pálida, con una piel transparente, con unos ojos que a veces brillaban como dos teas encendidas, pero a veces tenían una sombra gris y triste como si estuviesen anunciando su final prematuro? ¿Quién es esa muchacha débil de físico, pero que tenía una energía arrolladora, que todo lo derribaba, que tenía una pasión que todo lo podía, que se veía en ella la predestinada, la hija de Dios? Por qué la eligió a ella no tengo la menor duda, porque la historia no se escribe como algunos sociólogos o historiadores dicen, con la fuerza del poder, el sable y la guerra. La historia también se escribe con el corazón, con el amor, con la pasión que Evita puso al servicio de su causa.
Cada día aparece una nueva biografía de Perón o de Evita. Alguien que vuelve a hurgar en sus vidas. Que trata de penetrar el misterio de Eva Perón: quién fue, cómo es posible que todavía, a más de 35 años de su muerte, nos reunamos todos y gritemos -porque es un grito que recorre todo el país-: "¡Evita está presente! ¡Evita está presente!"
07/05/1988 -
General Viamonte, Acto recordatorio del 69° aniversario del natalicio de Éva Perón
sábado, 9 de octubre de 2010
ÚLTIMO MENSAJE DEL TTE. GENERAL JUAN PERÓN AL PUEBLO ARGENTINO
12 de junio de 1973
"Cada uno de nosotros debe ser un realizador, pero ha de ser también
un predicador y un agente de vigilancia y control para poder realizar
la tarea y neutralizar lo negativo que tienen los sectores
que todavía no han comprendido y que tendrán que comprender.
Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí,
es la palabra del pueblo argentino"
Compañeros, retempla mi espíritu estar en presencia de este pueblo que toma en sus manos la responsabilidad de defender a la Patria. Creo, también, que ha llegado la hora de que pongamos las cosas en claro.
Estamos luchando por superar lo que nos han dejado en la República y, en esta lucha, no debe faltar un solo argentino que tenga el corazón bien templado.
Sabemos que tenemos enemigos que han comenzado a mostrar sus uñas. Pero, también sabemos que tenemos a nuestro lado al pueblo, y cuando éste se decide a la lucha, suele ser invencible.
Hoy es visible, en esta circunstancia de lucha, que tenemos a nuestro lado al pueblo, y nosotros no defendemos ni defenderemos jamás otra causa que no sea la causa del pueblo.
Yo sé que hay muchos que quieren desviarnos en una o en otra dirección, pero nosotros conocemos perfectamente bien nuestros objetivos y marcharemos directamente a ellos, sin influenciarnos ni por los que tiran desde la derecha ni por los que tiran desde la izquierda.
El Gobierno del Pueblo es manso y es tolerante, pero nuestros enemigos deben saber que tampoco somos tontos.
Mientras nosotros no descansamos para cumplir la misión que tenemos y responder a esa responsabilidad que el pueblo ha puesto sobre nuestros hombros, hay muchos que pretenden manejarnos con el engaño y con la violencia; nosotros, frente al engaño y frente a la violencia, impondremos la verdad, que vale mucho más que eso. No queremos que nadie nos tema; queremos, en cambio, que nos comprendan. Cuando el pueblo tiene la persuasión de su destino, no hay nada que temer. Ni la verdad, ni el engaño, ni la violencia, ni ninguna otra circunstancia, podrá influenciar a este pueblo en un sentido negativo, como tampoco podrá influenciarnos a nosotros para que cambiemos una dirección que, sabemos, es la dirección de la Patria.
Sabemos que en esta acción tendremos que enfrentar a los malintencionados y a los aprovechados. Ni los que pretenden desviarnos, ni los especuladores, ni los aprovechados de todo orden, podrán, en estas circunstancias, medrar con la desgracia del pueblo.
Sabemos que en la marcha que hemos emprendido tropezaremos con muchos bandidos que nos querrán detener, pero con el concurso del pueblo nadie puede detener a nadie. Por eso deseo aprovechar esta oportunidad para pedirle a cada uno de ustedes que se transforme en un vigilante observador de los hechos que quieran provocarse y actúe de acuerdo con las circunstancias.
Cada uno de nosotros debe ser un realizador, pero ha de ser también un predicador y un agente de vigilancia y control para poder realizar la tarea, y neutralizar lo negativo que tienen los sectores que todavía no han comprendido y que tendrán que comprender.
Compañeros, esta concentración popular me da el respaldo y la contestación a cuanto dije esta mañana. Por eso deseo agradecerles la molestia que se han tomado de llegar hasta esta Plaza.
Llevaré grabado en mi retina este maravilloso espectáculo, en que el pueblo trabajador de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires, me trae el mensaje que yo necesito. Compañeros, con este agradecimiento quiero hacer llegar a todo el pueblo de la República nuestro deseo de seguir trabajando para construir nuestro país y para liberarlo. Esas consignas, que más que mías son del pueblo argentino, las defenderemos hasta el último aliento.
Para finalizar, deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen. Les agradezco profundamente hayan que llegado hasta esta histórica Plaza de Mayo. Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino.
Mensaje pronunciado el 12 de junio de 1974, desde los balcones de la Casa de Gobierno, ante los trabajadores congregados en la Plaza de Mayo,
Mensaje pronunciado el 12 de junio de 1974, desde los balcones de la Casa de Gobierno, ante los trabajadores congregados en la Plaza de Mayo,
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